quarta-feira, outubro 10, 2007

14 Palavras - Por David Lane





Desde la era de Platón, de Sócrates y Catón, a la era de Da Vinci, la de Locke o Shakespeare, a Jefferson y Franklin, la civilización Occidental ha nacido del genio de un solo pueblo emparentado por su sangre. En el vasto panorama del tiempo, este período ha sido un fugaz momento y un sueño glorioso. El futuro cercano dirá cual tipo de civilización acompañara el paso del hombre Blanco.


Qué irónico es que la república de Norteamérica , que fue formada para preservar al hombre occidental, se ha convertido en el vehículo por el cual el hombre occidental y su tierra Europa han sido destruidos. He luchado para mostrarle a mi pueblo lo que promueven los que ahora controlan el mundo occidental. Me refiero al aborto, que ya ha matado a mas de 15 millones de niños de mi Raza y que es protegido por el gobierno. A la homosexualidad, cuyos practicantes y adherentes pueden ser maestros y por lo tanto modelos para nuestros hijos. Y lo peor de todo, la destrucción racial de nuestra gente.


Aquellos que han promovido nuestra mezcla racial saben que ningún pueblo puede continuar su existencia si no posee una nación en donde propagar, proteger y promover a los de su raza. También saben que un pueblo que no esta convencido de su fuerza y capacidad , perecerá y por eso soy difamado y calumniado cuando muestro que casi todo invento y mejora en la humanidad ha venido de la mente del hombre occidental. El hombre Blanco es una pequeña minoría en el mundo actual y se le niega una nación donde desarrollarse. Que este tribunal ocurra es una violación de la Constitución. Las maquinaciones legales usadas para culpar a un hombre varias veces por el mismo crimen mediante el continuo cambio de descripción legal de esa crimen, los cambios de jurisdicción, etc, son repugnantes para el sentido de justicia Anglo-Sajon así como contrarias al espíritu y la intención de esta Constitución. El frenesí con que los que controlan el gobierno federal de los EE.UU. atacan a cualquier hombre Blanco que se opone a la desaparición de su Raza es evidente.


La historia predice el horror para la ultima generación de niños Blancos si yo y los que vengan detrás de mi no puedan despertar a su pueblo de su sueño de muerte. Nuestra tarea es tan simple como importante: Debemos asegurar la existencia de nuestra Raza y un futuro para los niños Blancos. Lo que hagan conmigo no me importa. No soy un hombre valiente. Muero las mil muertes del filósofo en lugar de la única muerte del soldado. Pero acepto mi destino y no rehuyo de el. Pronto escucharan a otro hombre que hablara sobre sus creencias religiosas. Quizás, el poder de un credo religioso pueda salvar al hombre occidental, o quizás la divina Providencia nos dará su mano. Si esto no ocurre, los que se rebelen contra la tiranía deben de todos modos aceptar las consecuencias pues si no lo hacen no son ni patriotas ni hombres.


No tengo nada mas que decir.


David Lane



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